Un bombón adelgazante con cacao, praliné de almendra y... algas

Lo acaba de lanzar al mercado la empresa valenciana 'Cocoa Bio'
Los bombones 'Lola' serán presentados en el VI Salón del Chocolate de Madrid
El milagro metabólico del bombón se debe a su 'efecto saciante

"Unos segundos de placer en la boca y toda una vida pegado a la cadera". La tradicional definición de esa maravilla de la gastronomía llamada bombón va a dar un giro radical gracias a 'Lola'. No, no es el nombre de una faja milagrosa o un entrenador personal sino de un bombón muy especial que no sólo no engorda sino que además adelgaza.

Increíble pero cierto. Lo garantizan sus creadores, Armando Yañez y Antonio Muñoz, que han patentado una fórmula inédita en el mercado. Se trata de una combinación de cacao y alga espirulina junto a un relleno de praliné de almendra. El resultado, 11 gramos de sabor que evoluciona como una melodía desde el áspero del cacao casi puro al dulce de la almendra para concluir con un leve toque salado del alga.

'Cocoa Bio Company' es la joven empresa valenciana creada para comercializar el que hasta ahora es su único producto estrella, 'Lola', que se presenta este fin de semana en sociedad en el VI Salón del Chocolate, en el Paseo de la Castellana de Madrid.

"Los bautizamos Lola porque es un nombre muy español y a la vez universal", dice Sergio Martín, comercial y tercer miembro del equipo de 'Cocoa Bio'. "Se comercializan en cajas de cinco y 30 unidades, aunque pensamos hacer también una de dos para compartir en momentos íntimos o en las madrugadas discotequeras".

El milagro metabólico del bombón Lola se debe a su efecto saciante. Lo produce una mezcla de espirulina, un alga microscópica de alto contenido nutricional (aminoácidos, hierro, vitaminas, etcétera) y la semilla de jojoba. Entre los aminoácidos que incluye se encuentra la fenilalanina, capaz de estimular la colecistokinina, molécula y neurotransmisor que segrega el cerebro cuando el estómago está lleno.

"Se deben ingerir uno o dos bombones una hora o tres cuartos antes de las comidas principales", indica Yañez. "Hay que saborearlo y masticarlo lentamente, disfrutar de su textura y sabor. El organismo obtiene así una sensación placentera y, al mismo tiempo, una intensa impresión de saciedad y de haber consumido calidad".

La puesta en escena de Lola es obra de Juan Lambert, maestro chocolatero francés afincado hace más de 20 años en España, que los elabora mediante un proceso semi artesanal y decorados a mano.

El cacao utilizado es biológico, puro en un 70%, procedente de Perú y Santo Domingo, de intenso sabor y propiedades antioxidantes. Una vez conseguida la patente, tras tres años de papeleo e importantes desembolsos, los padres de Lola seguirán luchando para que su producto merezca la consideración de ecológico, en primer término, y de alimento funcional a más largo plazo. "La combinación del cacao con la espirulina tiene una gran sinergia y muchas posibilidades gastronómicas y saludables que explorar", señala Martín.

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