¿Qué pasa con la Música?

¿Qué pasa con la música en Madrid? La prohíben en las calles, la persiguen en los bares de copas, no se conceden licencias para conciertos y van cerrando poco a poco los sitios que sí la tenían.

Cientos, miles de grupos se pelean entre sí para poder tocar en los pocos templos que nos quedan. En ellos, hay un concierto que merece la pena por cada ocho mediocres. Los aficionados a la música en directo van dejando de asistir a los eventos por aburrimiento y el público se va limitando a familiares, amigos y compañeros de trabajo de los artistas.

Las salas, ante tal avalancha de músicos “sin nombre”, en lugar de pactar un caché cerrado, prefieren alquilar sus espacios a los músicos, que muchas veces acaban PAGANDO POR TOCAR. El riesgo, la promoción y la inversión inicial, pasa a ser responsabilidad de los artistas porque las empresas no pueden arriesgarse a ver sus salas vacías.

Para que una banda destaque sobre los grupos que les rodean sólo les queda ganar un concurso. Pero casi siempre deben abonar una cuota de inscripción y serán los músicos que no ganen, los que subvencionen, con sus actuaciones no remuneradas, el premio del ganador.

Los promotores cada vez tienen menos recursos para sacar a flote a los grupos que representan y acaban arriesgando su propio dinero o el de los artistas para que puedan actuar. Saben bien que el espectador, aburrido ya tantas veces, es muy reacio a pagar por entrar.

La prohibición de fumar en locales públicos y una crisis tan pronunciada como la que estamos viviendo no han hecho más que complicar la situación. Gran parte del público debe hacer un gran esfuerzo económico para asistir a los directos, privándose de otros “lujos” como cenar en un chino, tomarse unas copas o ir al cine o al teatro.

Los músicos, ante esta situación, no pueden pagar sus locales de ensayo, ni comprar sus instrumentos, cuerdas o baquetas, acaban arreglando ellos mismos sus amplificadores y octavando sus guitarras, dejan de asistir a clases de música y en definitiva: TODOS SALIMOS PERDIENDO.

Sólo existe una solución para que músicos, público, salas de conciertos, bares de copas, locales de ensayo, escuelas y tiendas de música, servicios técnicos y hasta el restaurante chino que siempre hay al lado de todas partes, vuelvan a darse la mano.

Muy pronto desvelaremos la ecuación perfecta para que TODOS SALGAMOS BENEFICIADOS POR LA MÚSICA:


OPERACIÓN BOLOS 2011
ESTATE BIEN ATENTO
http://www.jacksontherocks.es/prensa/?p=428

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