La comarca protege sus datos

¿Sabe dónde están los documentos que tiró ayer a la papelera? Varias empresas de Avilés sí lo saben, porque han optado por la máxima seguridad a la hora de destruir documentos confidenciales. Ahora que parece que todo es susceptible de ser filtrado y nadie está libre de nada, parece ser la única solución eficaz.
Patricia Pendás es la gerente de All-safe, una empresa que se dedica a la destrucción de documentos confidenciales con la que operan distintas firmas de la comarca de Avilés. «Tenemos clientes muy variados, desde multinacionales a notarías, pasando por empresas de seguros», asegura. Los clientes «pueden ser puntuales, que requieran nuestros servicios de manera mensual, bimensual o trimestral» o clientes fijos. «Nuestro trabajo con las notarías y las asesorías suele ser más bien puntual», indica Pendás. La Cámara de Comercio de Avilés también es uno de los clientes que hace uso de este servicio.
La empresa es de carácter nacional y opera en la comarca desde hace dos años. El funcionamiento, estrictamente confidencial, es sencillo. «Básicamente, nos llevamos los documentos y después de destruirlos entregamos un certificado de destrucción al cliente y posteriormente un gestor autorizado recicla los materiales destruidos», explica la gerente de All-safe.
'Nivel 3 de seguridad' es una de las claves de la empresa. Otra es la máquina «de doble corte» que destruye los documentos con material confidencial hasta tamaños milimétricos. «Los papeles quedan reducidos al tamaño de una uña y entregamos un certificado indicando que es imposible de recomponer». Pendás comenta que el nivel 3 es el más apropiado para los documentos que reciben, aunque el grado de seguridad va de 1 a 5. Éste último nivel «sería para documentos de alto secreto» y, por el momento, no se encargan de la destrucción de ninguno.
La recogida es sencilla. El operario -en este caso Delfín Riesgo- que cubre la ruta de Avilés aprovecha el viaje para recoger los documentos en las distintas empresas con las que trabajan. «En las oficinas se recoge toda la documentación en sacas o cajas y se transportan en un camión sellado que solamente se abre para meter más documentos». El operario «firma un albarán certificado» que garantiza la seguridad y la confidencialidad de los datos que recibe, se lleva los documentos y se destruyen en las naves de la empresa.
¿Pueden estar tranquilas las firmas avilesinas que trabajan con esta empresa? Patricia Pendás asegura que sí. «Todos los empleados tenemos firmado un convenido de confidencialidad y no tenemos ningún acceso a la información» al margen del transporte, aunque los documentos se depositen en la máquina que posteriormente los destruye de forma manual.
Algunos clientes requieren una destrucción de la documentación 'in situ'. No es tanto un problema de desconfianza, sino la seguridad de que ellos han sido testigos de la destrucción de los documentos. «En Avilés hay varias empresas que así lo requieren», y para ello, explica Pendás, el camión sellado viaja con una máquina que se encarga de engullir los documentos y 'escupir' trocitos de papel ilegibles.
«La Ley de Protección de Datos establece que los documentos ya no sirven o los que no son necesarios tienen que ser destruidos de forma confidencial por la propia empresa o mediante la contratación de otra que preste estos servicios», recuerda Pendás. La gerente de All-safe explica que muchos de sus clientes avilesinos «optaban por ordenar la destrucción a su empresa de limpieza correspondiente», pero esta solución parece ahora la única adecuada. «Ninguno nos ha comentado nada sobre filtraciones o robos de documentación», recalca, pero por lo menos nadie teme que sus datos confidenciales caigan en manos equivocadas.
Pendás sonríe cuando le mencionan la crisis de Wikileaks, la filtración de documentos y el hecho de revelar datos confidenciales. «A nosotros es algo que no nos ha pasado nunca», asegura.

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