Cultivo ecológico de plantas aromáticas, condimentarias y medicinales

Un factor principal que influye en la calidad física, química y ecológica de las plantas aromáticas, condimentarias y medicinales, es el clima y las condiciones del suelo.

Con respecto al clima, hay que tener en cuenta la duración de luz del día, la cantidad de precipitaciones y el rango de temperaturas, ya que según su origen requieren diferentes condiciones climáticas para crecer. La mayoría de estos tipos de plantas demandan sitios soleados, aireados, protegidos de vientos fuertes y a salvo de las heladas de invierno.

El suelo debe ser fértil y contener las cantidades de Na, P, K, Cu, minerales y elementos orgánicos y otros en proporción óptima para el desarrollo de las plantas. Cada planta medicinal requiere las condiciones de suelo que son específicas para su especie. Necesitan de un pH neutro entre 6,5 y 7,5.

La alternancia de cultivos es muy importante. Se recomienda alternar plantas medicinales con otras cosechas, ya que influye sobre el balance nutritivo, hídrico y orgánico del suelo, protege frente a enfermedades por ácaros, nematodos, etc., y frente a las malas hierbas.

Para ello se deben emplear cultivos compatibles, los más convenientes para la mayoría de las plantas medicinales son las cosechas de grano de invierno (guisantes, lentejas,...), las leguminosas, hortalizas, cultivos de forraje, alfalfa, etc.

Una especie de planta medicinal puede ser cultivada en una misma área de 1 a 5 años. Después del quinto año la producción normalmente decaería y las plantas son atacadas por parásitos y enfermedades.

El suelo debe ser fertilizado un par de veces, pero siempre inmediatamente después de echar tierra encima o de la irrigación. La cantidad de fertilizante aplicada se define teniendo en cuenta las reservas en el suelo y la especie cultivada.

Entre los fertilizantes orgánicos se encuentra el abono de excrementos sólidos y líquidos de animales, utilizados después de fermentar. El abono de pájaro es el más rico de todos los tipos orgánicos de abono. Es tres veces más rico en nitrógeno y potasio y aproximadamente cuatro veces más rico en fósforo, que el abono mixto ordinario producido por animales vivos. La ceniza de madera es rica en potasio y es usada para fertilizar el suelo en otoño. Las cenizas son alcalinas, lo cual neutraliza la acidez del suelo y mejora el funcionamiento de las bacterias que fijan el nitrógeno.

Las semillas utilizadas deberán proveerse en lo posible de producciones orgánicas certificadas. Deben estar sin tratamiento químico. Está prohibido el uso de semillas modificadas genéticamente o de material de reproducción transgénico.

El seguimiento de los cultivos es muy importante, podemos detectar una plaga incipiente, síntomas de carencia, déficit hídrico, etc., con el tiempo suficiente para remediarlo sin arriesgar la producción.

Por último, indicar que las partes medicinales de la planta, deben ser recogidas en la estación o el periodo adecuados, lo que asegurará la mejor calidad de la producción. Su recolección debe realizarse en las condiciones meteorológicas, evitando el suelo mojado, el rocío, la humedad alta de aire en temporada de lluvias, etc.

Fuente: VIVEJARDIN (www.vivejardin.com)

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