Consulta de Psicoanálisis

¿Qué tipo de patologías atiende en consulta?

Los dolores del alma, que pueden manifestarse de muy diversas maneras como una negativa a comer, impotencia, crisis familiares, tartamudez, miedos, obsesiones, mutismo, a veces incluso en síntomas somáticos para los que no se encuentra causa orgánica, como sucede en la depresión que cursa con vértigos, taquicardias y otros padecimientos que no remiten a ninguna anomalía del órgano, o bien el caso de las torturantes enfermedades psicosomáticas, como la úlcera o el asma, donde también hay en juego procesos psíquicos inconscientes.

No es necesario estar enfermo para psicoanalizarse, pero si uno padece ese sufrimiento excesivo que es la enfermedad para uno mismo y su entorno familiar, debe saber que el psicoanálisis puede ayudarle a construir una vida con salud, es decir, que se puede vivir de otra forma si se hace el trabajo de utilizar los medios adecuados.


Entonces ¿cualquier persona puede psicoanalizarse?

Sí, por supuesto, todos tenemos psiquismo.

El psicoanálisis es una herramienta que permite al analizante hacerse sujeto de su propio deseo, ponerse en el centro de su cuestión, algo que si bien puede parecer fácil no lo es en absoluto, solemos buscar excusas (exclusas), que nos alejan de lo que en nosotros es deseo, como son el sacrificio, la mala suerte, la ignorancia.

Freud decía: sólo somos culpables de haber cedido en nuestro deseo; ¿y qué quiere decir eso? que no hay nada en la vida que suceda sin implicación del propio sujeto, pero a veces esa implicación es para hacerlo triunfar y otras es para hacerlo fracasar, es decir, uno mismo puede ir a favor o en contra suya, aunque parezca increible desde la lógica de la conciencia; aprender a ser nuestro mejor aliado es un trabajo que se hace con psicoanálisis. Cuando uno cambia su forma de pensar toda su realidad cambia.


Y en el caso de los niños ¿cuándo es conveniente acudir ?

Los padres conocen muy bien a sus hijos, y quiero decir con esto que cuando ellos se preguntan si deberían consultar con un especialista, esa interrogación es ya una afirmación; en algunos casos este cuidado de observar que el pequeño atraviesa dificultades en su crecimiento viene de la mano de los maestros, que también conviven muchas horas con el niño.

La infancia no es ese territorio idílico que a veces le atribuimos, sino una época convulsa de grandes enigmas y conquistas. Para educar a una persona son necesarias muchas otras; la educación nunca es una tarea exclusiva de los padres sino de toda la sociedad.


¿ Qué duración tiene un tratamiento?

No se puede saber a priori, como tampoco podemos saber antes de empezar a estudiar cuántas clases necesitamos para aprender a hablar un idioma o a conducir, es después, cuando uno aprendió, que se puede decir “ah, necesité tantas clases para hablar inglés” y además siempre dependerá de nuestra propia ambición, hay proyectos que llevan más tiempo que otros, siguiendo el ejemplo anterior no es lo mismo querer aprender inglés para viajar de vez en cuando que desear convertirse en traductor.

Todo proceso vital de importancia es lento porque lo inmediato está más del lado de la magía que en relación a la ciencia, si bien los resultados comienzan a notarse desde la primera sesión, e incluso desde que se reserva cita porque una vez se pacta, el acuerdo nos sostiene; en realidad el pánico siempre acontece cuando se quiere hacer las cosas solo, sin ayuda; eso es un espejismo, nada se puede solo, aunque el narcisismo alimente esa ilusión; contar con otros tranquiliza .

Además, el cambio para que sea tal se rige por esos pequeños pasos, como coger el teléfono y acordar una cita con un psicoanalista, pasos que son, sin darnos cuenta, decisiones que determinan toda nuestra vida; las grandes decisiones siempre suceden así, sin que seamos en absoluto conscientes de su magnitud.

La angustia es en ocasiones una decisión que aún no se ha tomado y lo que generalmente nos paraliza es la zozobra que todo lo nuevo produce en el humano, de tal forma que muchas veces preferimos aferrarnos a lo ya conocido, bueno, hasta hay un refrán que dice algo así como “virgencita, virgencita que me quede como estoy”, sin embargo, la decisión si uno no la toma te toma; debemos pensar que no se trata de si quiero o no cambiar, porque esto sucede continuamente sin darnos cuenta y sin que podamos evitarlo, sino en qué dirección se quiere hacer ese cambio.